Por Daniela Bambill

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En las sociedades primitivas los hombres hacían justicia por mano propia, solo era necesario sentirse agraviado para obtener sin parámetro alguno el resarcimiento por el daño ocasionado. Las represalias poco tenían que ver a veces con el daño cometido efectivamente. Más adelante en el tiempo surge la Ley del Talión, primera norma para regular las relaciones sociales, en el imaginario colectivo, ojo por ojo, diente por diente, constituye una aberración propia de la “barbarie”.

La implementación de normas que regulan los aspectos de las relaciones humanas constituyó un paso hacia la “civilización”.

Conceptos más o menos conocidos por cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo, parece que en la Argentina del saqueo, no.

Han acontecido dos hechos de reacción de ciudadanos víctimas de robo que concluyeron con la vida del delincuente a manos del ciudadano robado. Dos hechos de violencia y venganza que no pueden justificarse de ninguna manera.

El robo o el intento de robo justifica el asesinato del ladrón, según el discurso unidireccional y nocivo de la prensa hegemónica, horas de debate sobre si está bien o mal asesinar a otro ser humano como hecho de justicia frente a la inacción del Estado.

El Presidente Macri, salió a justificar el último hecho ocurrido en la localidad bonaerense de Zarate. “»Quiero decir que más allá de toda la reflexión que tenga que hacer la Justicia en la investigación, si no hay riesgo de fuga, porque es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, él (por el carnicero Daniel Oyarzun,) debería estar con su familia, tranquilo, tratando de reflexionar en todo lo que pasó” dijo el mandatario.

Cabe aquí detenerse, Macri está justificando un asesinato, si todos los ciudadanos “sanos, queridos y reconocidos por la comunidad” decidieran hacer “justicia por mano propia” frente a la inseguridad creciente de manera apabullante, con una Ministra que caza terroristas internacionales que no lo son, un secretario de seguridad que alegremente plantea que ISIS adiestra células en el país para luego retractarse, alegremente también, estaríamos frente a la posibilidad de una guerra civil.

No, no es una exageración. Guerra civil pobres contra pobres, justicieros contra ladrones, una sociedad armada y dispuesta a matarse entre sí. Cada ciudadano estaría según el Presidente de la Nación en condiciones de matar al ladrón y luego reflexionar en su casa sobre lo sucedido.

La irresponsabilidad de Macri y sus Ministros, la falta de gestión gubernamental en todas las áreas, la desidia con la que se manejan frente a problemas concretos de la sociedad está abriendo la Caja de Pandora.

Las consecuencias son imposibles de predecir.

El Gobierno de Cambiemos tiene un único objetivo y es generar las condiciones macro-económicas para sojuzgar definitivamente la Soberanía Nacional a los intereses del Mercado Internacional.

Mientras cumplen los pasos para alcanzar ese objetivo, la sangre de los argentinos comienza a correr sigilosamente.

La ausencia del Estado implica indefectiblemente el caos. Hacia allí nos están empujando mientras la prensa hegemónica nos habla de hechos de corrupción del gobierno anterior y bondades de la crisis que atravesamos.

Macri pasará a la historia como el peor gobernante, eso es seguro. Habrá que ver cuántas vidas se lleva la aventura de este irresponsable en la Casa Rosada.