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Luces y sombras de la “crisis energética argentina”.

En la actual coyuntura y problemática energética que el gobierno acusa, se hace difícil entender por qué el Presidente denuncia, a boca de jarro, una crisis energética heredada y no continúa con el sí heredado y activo Plan Nuclear Argentino, y en su lugar despliega un plan inaudito, que consiste en cambiar lámparas de tungsteno, por leds y para variar, no cumple con la Ley 26566. Dicha Ley, aprobada por amplia mayoría en el Honorable Congreso de la Nación, en el año 2009, declara en su Artículo 1°, de interés nacional, la construcción en la República Argentina de una Cuarta Central de Energía de fuente nuclear, así como la extensión de la vida de la Central Nuclear Embalse.
Es por ello que decidí presentar un pedido de informe al gobierno provincial, para que dé cuenta del estado de situación, es decir que informe, por escrito y en breve, a través del Ministerio de la Producción, sobre las acciones y decisiones realizadas ante las autoridades nacionales, en cuanto con la suspensión o anulación de la construcción de la cuarta Central Nuclear – Atucha III – ubicada en la localidad de Lima, distrito de Zárate, provincia de Buenos Aires. Además, presenten las razones que provocan y justifican tal decisión, el impacto que esto ejerce sobre el sistema energético nacional, más los efectos que la medida genera en la merma de mano de obra, directa e indirectamente.
También solicité, se informe si existen razones que justifiquen renunciar a la utilización de un reactor de agua pesada de tecnología CANDU, similar a la Central Nuclear Embalse.
Y que informe, las acciones y decisiones que la provincia haya tomado para instar a las autoridades nacionales, en función de priorizar las ofertas de la industria metalúrgica nacional, en cumplimiento del Régimen de Compre Trabajo Argentino, establecido por la Ley 25551, para que se defiendan los intereses de nuestros trabajadores y de las industrias provinciales, ante el continuo desplome de los empleos, las políticas científica y tecnológica, asediadas por la apertura comercial indiscriminada.
Cierto es que resulta preciso reivindicar, que el Presidente Néstor Kirchner, revivió a partir del año 2006, nuestro Plan Nuclear Argentino, paralizado desde hacía 20 años, y posteriormente profundizado por los dos mandatos de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hasta el año 2015. En ese lapso, se estableció un plan de crecimiento energético, con destacables beneficios: desde la formación de nuevas generaciones de profesionales y técnicos calificados, hasta el desarrollo de una cadena productiva industrial, prototipos, sustitución de importaciones de gas y generación de energía de base sin emisión de gases de efecto invernadero.
En este marco, la Central Nuclear Atucha II, finalizada durante el segundo mandato de la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue la piedra fundamental del Plan Nuclear relanzado en 2006, porque a partir de allí, pudo reactivarse la otrora paralizada industria del sector.
Es en el ámbito de reactivación del Plan Nuclear Argentino, que debe encuadrarse la construcción de la Cuarta Central Nuclear – Atucha III-, que generará energía equivalente al 5% de la demanda nacional de electricidad, y sustituirá aproximadamente 1200 millones de m³ de gas natural, contribuyendo así a la diversificación de la matriz de suministro eléctrico, con energía barata, limpia y segura.
En enero de 2017, Nucleoeléctrica Argentina S. A. (NA-SA) – la empresa estatal a cargo del Proyecto, firmó la escritura para la compra y posesión de 110 hectáreas donde se emplaza la Cuarta Central Nuclear, Atucha III, que forma parte del Complejo Nuclear Atucha. En este sentido, se firmó el “Plan Quinquenal Integrado China- Argentina para la Cooperación de Infraestructura 2017/2021”, que establece la firma de contratos comerciales de cooperación económica y comercial a largo plazo entre ambos países, con el impulso de proyectos de construcción de dos centrales nucleares, con la declaración de interés nacional encuadrados en la Ley 26566, que enmarca el Plan Nuclear Argentino, ambos ya mencionados. Así, empresarios argentinos agrupados en la Comisión Nuclear Metalúrgica, serán los responsables del 70% de la construcción de Atucha III, según se acordó.
Pero, lamentablemente para la vida del sector nuclear argentino, a partir de 2016, no solo se inició un proceso permanente de reducción de participación nacional en Atucha III, supuestamente para disminuir costos por la competitividad de la industria china, sino la total paralización de la construcción de Atucha III. En realidad, la participación china se refiere a un crédito de financiamiento de Atucha III, que el gobierno del gigante asiático iba a otorgar, con ocho años de gracia, y no a una situación de clara competencia, con la consecuente lapidación de las inversiones y esfuerzos de nuestras empresas. Pero, el actual gobierno, solo se enfoca en el rápido rédito económico, y se aparta de la importancia estratégica que tiene el poder de decisión, la autosuficiencia para la defensa del interés nacional, el desarrollo industrial, o el efecto social de los proyectos. Las actuales gestiones nacional y provincial, continúan desentendiéndose del tema, porque siguen a pie juntillas los dictados de los capitales internacionales, a los que poco o nada les importan los destinos de nuestras actividades comerciales e industriales, y del pueblo argentino trabajador, en sí.
La Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, no puede permitirse permanecer ajena de la demanda energética necesaria para un país industrial, que debe superar el anacrónico “Granero del Mundo”, y de una sociedad que tiene derecho a una adecuada provisión de energía, que no esté sujeta a las especulaciones extranjeras, que debe ser afrontada por una población en su mayoría, condenada a condiciones de vida y salariales, paupérrimas y miserables. También pienso, que el gobierno, no quiere usar la energía, para nuestro crecimiento, sino exportarla. Usar la energía es mercado interno: implica sostenimiento y creación de fábricas, producción nacional, cuidado y recuperación del empleo. Exportarla es renta pura y tampoco podemos, ni debemos, subestimar estos aquelarres. Por ello, mi presentación del Proyecto de pedido de información inmediata, porque razones, sobran.

Por Mariano Pinedo.

4 de junio de 2018