Ya dijimos en un anterior comentario (“El gobierno de Alberto Fernández tomó el toro por las astas”) nuestra satisfacción por las medidas por el Poder Ejecutivo y celebramos que el presidente de la República haya iniciado su cadena anunciando la cuarentena justamente con esa idea que expresamos en nuestro título.

El país profundo, los argentinos concientes de las responsabilidades que implican formar parte de una comunidad humana hemos respondido como siempre: con disciplina social, respetando y haciendo respetar las directivas presidenciales y asumiendo la gravedad del momento.

Ha habido y hay sectores que, si bien son minoritarios, han manifestado un violento desinterés e irresponsabilidad sociales, lo que ha puesto de manifiesto, de alguna manera, la naturaleza de la verdadera grieta que divide al país. No es partidaria. Tampoco es estrictamente social. Tiene que ver con una indiferencia acerca del destino colectivo y un individualismo casi patológico que expresa, a nivel de la conciencia, el sistema de valores del mercado financiero. Su paradigma es, en definitiva, el personaje que interpreta Leonardo Di Caprio en El Lobo de Wall Street.

La imagen de Alberto Fernández, rodeado de los mandatarios opositores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de Jujuy y de los oficialistas de Santa Fe y Provincia de Buenos Aires, ubicados a la distancia que recomienda la prevención sanitaria de la enfermedad, por un lado, y la prudencia política, por el otro, es una síntesis de la centralidad que el presidente ha asumido en esta crisis. El pueblo argentino y, podríamos decir, la sociedad global han asumido que la Argentina tiene un jefe de Estado que se ha puesto al frente del combate contra la amenaza con firmeza, tranquilidad y prudencia.

Pero el segundo día de la cuarentena o aislamiento social, como se lo ha dado en llamar, ha tenido un nuevo dato y son las fotos e informaciones que comenzaron a circular sobre el papel que las Fuerzas Armadas se están preparando a asumir en la emergencia. Carpas y camas de campaña que se convertirán, en la eventualidad, en hospitales de campaña, vehículos, ambulancias, pequeños centros de salud ambulantes y el personal militar preparándose para la tarea han puesto de manifiesto uno de los datos más esperados por los argentinos desde 1983: unas FF.AA, conducidas por su  jefe constitucional, en condiciones de librar junto al pueblo de la Argentina un combate contra una inesperada amenaza.

Alberto Fernández es hoy el indiscutido referente político del pueblo argentino en su conjunto. Oficialismo, oposición, los gobernadores, los otros poderes del Estado, las universidades, los sindicatos y movimientos sociales, la Iglesia Católica y demás credos han reconocido su liderazgo y conducción en un momento crítico y se han puesto a disposición para la difícil tarea.

Unidos los argentinos venceremos la batalla contra el Coronavirus.

Mesa Directiva del Instituto Independencia.

Buenos Aires, 21 de marzo de 2020