Pfizer y el nuevo equilibrio de poderes
La seudo discusión sobre Pfizer ha dejado en evidencia uno de los ejes de la nueva situación geopolítica. Los esbirros de la oposición, a mi entender, no actúan por razones crematísticas -aunque alguno de ellos intente alguna comisión-, sino por razones ideológicas y de política internacional. La aparición clara e indiscutible de Rusia y China como dos grandes potencias científicas -con el agregado eventual de Cuba- proveedoras masivas de vacunas contra el Covid y el intrínseco egoísmo de la principal potencia imperialista han dejado a la oposición, correa de transmisión de los EE.UU. y dependiente de su política continental, con el culo al aire. Los EE.UU. han quedado en evidencia como una potencia declinante y sin una verdadera política hacia su patio trasero, más que la amenaza intervencionista. No es que Pfizer le pague a Negri o a cualquiera de sus corifeos, sino que se han quedado sin palenque donde rascarse. Los papelones sobrevinientes a esa situación y su orfandad política es hoy pública y notoria.
La multipolaridad, por el contrario, nos da a los países periféricos mayor capacidad de decisión soberana, que es lo que siempre ha ocurrido en las crisis de hegemonía. El gobierno argentino, en su mejor tradición, ha simplemente aprovechado la situación en beneficio del conjunto nacional.
Julio Fernández Bairabar