El anuncio del presidente de la República, Alberto Fernández, acompañado por el Ministro de Salud Pública, Ginés González García, y el de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Roberto Salvarezza, de un test de diagnóstico rápido y económico desarrollado por científicos argentinos para detectar el SARS-CoV-2, es una nueva demostración de la enorme ventaja estratégica de la que dispone nuestro país, gracias a su historia de inversión pública en ciencia y técnica.

Es un anuncio para sentirnos orgullosos. Es un anuncio que sale a confrontar con el mensaje de desánimo y autodenigración que cotidianamente destila la prensa y los políticos de la oposición antiperonista y antinacional. La gran ventaja diferencial de la Argentina en la región es, justamente, la cantidad de científicos y técnicos, educados en las universidades públicas, integrados a organismos públicos de investigación y desarrollo, como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y el Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. César Milstein (Conicet – Fundación Pablo Cassará).

Como lo expresara el presidente Alberto Fernández en la conferencia de prensa: “Esto lo han hecho investigadores argentinos y lo produce un laboratorio argentino, esto es tan importante para el desarrollo de un país porque demuestra que no dependemos de otros, que podemos hacerlo nosotros, esto es soberanía, y eso es lo que todos deben entender”.

En medio de la peor amenaza sanitaria que vive la Argentina desde la epidemia de fiebre amarilla de 1871, que prácticamente diezmó a la población porteña, la acción mancomunada de científicos argentinos, que trabajaban en una prueba rápida de detección del dengue, lograron volcar los avances alcanzados hacia la detección del Covid 19. Cuando la pandemia aún no ha sido dominada, la Argentina logrará disponer de una ilimitada producción de pruebas que podrán multiplicar el control y el diágnostico de la enfermedad.

Invertir en ciencia y tecnología se demuestra, una vez más, es una correcta política y con resultados eficaces y mensurables.

La oposición, que bombardeó desde el gobierno, todas las instituciones científicas y maltrató a los hombres y mujeres de ciencia que trabajan en ellas debería callarse con humildad y reconocer que, una vez más, teníamos razón.

Felicitaciones a todos los involucrados en el proyecto.

Comisión Directiva del Instituto Independencia

Buenos Aires 15 de mayo de 2020