Comunicados

«El riesgo es grave, la urgencia inminente» Comunicado del Instituto Independencia

EL RIESGO ES GRAVE, LA URGENCIA INMEDIATA

El Instituto Independencia, entidad que aglutina a dirigentes políticos y sociales vinculados al peronismo, que hace casi 10 años viene aportando -con pensamiento, acción organizativa y propuestas programáticas de diversa índole- a la construcción de un proyecto de unidad del campo nacional, exhorta con humildad y convicción al pueblo argentino y a la dirigencia de todos los niveles a REACCIONAR frente al grave daño que está perpetrando el gobierno de Javier Milei al presente y al futuro de la Patria. 

El actual gobierno  abrió el camino de la entrega absoluta de la soberanía nacional en materia territorial, marítima, insular, energética, económica y alimentaria. Ante esta gravísima  situación se necesita un accionar URGENTE  que exige de nuestra dirigencia absoluta GRANDEZA, RESPONSABILIDAD y GENEROSIDAD.  

Lo que está en juego no es ni el peronismo, ni un frente nacional, ni la eventualidad de nuevos reveses o triunfos en materia electoral, ni una manera ideológica de concebir el rumbo económico, ni mucho menos el futuro mejor o peor de algún dirigente el particular. Lo que está en juego y en grave RIESGO es la Nación Argentina como proyecto, como cultura y como territorio integrado, con una historia, una memoria colectiva y un destino comunes. 

 

El presidente Javier Milei está abierta y totalmente dispuesto a destruir por dentro (tal como él mismo graficó en su condición de “topo”) a la organización política, jurídica, territorial y cultural que es la Nación Argentina y el Estado Nacional, tal como lo conocemos. Su gobierno, con el apoyo de algunos sectores de la oposición auto denominada dialoguista, están desarrollando las acciones y decisiones legislativas necesarias para consolidar una situación de entrega absoluta de las riquezas y bienes naturales de los argentinos a los fondos financieros trasnacionales. 

 

Bajo el disfraz de una ideología (en este caso sedicente anarco capitalista), Milei y sus aliados (convencidos, débiles, irresponsables o timoratos) están disponiendo lisa y llanamente el desbaratamiento total y completo de los resortes de decisión nacional, llevando a la Nación a la más absoluta indefensión respecto de la ambición saqueadora de los buitres financieros. 

 

De continuar por ese camino, sin reacción, sin resistencia y sobre todo sin un proyecto alternativo que se disponga a disputar la política desde la construcción de un poder propio, una direccionalidad clara, con herramientas, lógicas y métodos propios, el destino del pueblo argentino será la orfandad primero y la desintegración luego. 

 

Puede que el camino no sea corto ni la solución inmediata, pero consideramos URGENTE comenzar a proponerle al pueblo argentino una salida no resignada, no posibilista ni calculada, sino una propuesta con convicción, valentía, capacidad de planificación y sobre todo una clara voluntad de victoria. 

 

La dirigencia política argentina debe HACERSE CARGO. No se trata de su vida, ni de las posiciones que cada uno tome en el dispositivo partidario o en los lugares que se puedan ocupar en las listas o los organigramas del Estado. Se trata de SERVICIO al pueblo, generosidad, amplitud en la recepción de todas las miradas y en crear formas de mayor participación de todos los sectores de la vida nacional en un proyecto de futuro. Se trata de animarse a conducir al conjunto de un pueblo libre y no de abroquelarse en la partecita propia. 

 

El pueblo argentino debe tener una razón para unirse y esa razón la debe mostrar la dirigencia política. No solo a partir de la descripción del espanto que sabemos significa el destino final del gobierno de Milei, sino a partir de una direccionalidad clara, alternativa y opuesta francamente al rumbo asumido por Milei y sus socios. Si creemos que no diciendo lo que pensamos o lavando nuestras posiciones para parecernos a los que gobiernan pero con matices cosméticos de compromiso social, vamos a lograr comprometer esa unidad, erramos. 

 

Creemos en una unidad genuina y popular. No un enjuague de dirigentes sino la apertura a una unidad amplia y popular. Creemos que esa unidad no es para que parezca, sino para que sea. La unidad con miras a la victoria no es solo electoral; es política, social y popular, única herramienta posible de anteponer otro poder al poder oscuro de los fondos buitres que financian al poder del colonial liberalismo. 

 

Ante la propuesta de fragmentación que se deduce de la lógica del individualismo y sálvese quien pueda, el campo nacional debe proponer una organización de base solidaria, que tome su fuerza de las comunidades asentadas en cada uno de los territorios de nuestra Patria, con sustento en los valores de hermandad, complementariedad y colaboración cooperativa e integradora que construyen diariamente los sectores del trabajo y la producción. 

 

La direccionalidad que le demos a la organización de una alternativa debe contemplar intereses populares concretos. El trabajo es el principal ordenador de la sociedad y todas las decisiones deben orientarse a fortalecer el trabajo de cada argentino y argentina, en cada territorio de la Nación. La producción de riqueza a partir del trabajo, fomentando la industria y el entramado PyME nacional debe contemplarse como estratégico en la sustentabilidad económica y política de un proyecto alternativo de poder. La familia argentina debe tener garantizado el alimento como derecho humano esencial, con cuatro comidas diarias. La salud integral de la persona debe estar garantizada desde la prevención hasta la atención médica completa, hasta en el último paraje de nuestras provincias. La educación pública en todos los niveles, desde la inicial hasta la terciaria o universitaria, con acceso gratuito y de calidad, debe ser parte de un proyecto de Nación soberana que identifique en su pueblo al principal protagonista del proceso histórico. El sistema previsional debe sustentarse en un régimen social solidario, que garantice trabajo para los trabajadores actuales, ingresos básicos equitativos y un ingreso justo a nuestros mayores. El sistema impositivo debe sustentarse en el principio progresivo según el cual aportan más los que más tienen. El comercio exterior debe ser administrado para beneficio de los productores y productoras, de cara al sostenimiento del trabajo nacional y la justa distribución del ingreso. Los puertos, rutas, caminos, sistemas pluviales y ferrocarriles, junto al resto de la infraestructura productiva, debe responder a una matriz de producción industrial fortalecida que pueda exportar, abastecer el mercado interno y garantizar que la riqueza creada quede en los argentinos. La seguridad pública debe estar orientada a proteger al pueblo y no a perseguirlo para garantizar los privilegios de pocos. La creación de comunidades más justas y equitativas, la promoción de espacios de encuentro familiar, recreativos y deportivos, es central para evitar distintos tipos de violencia en la sociedad. Los clubes son asociaciones civiles de las comunidades y los barrios; no cotos de caza de los negocios de pocos a partir de Sociedades Anónimas Deportivas. 

 

Estos y tantos otros lineamientos deben ir consolidando una mirada clara, un objetivo explicable fácilmente y dotada de un sentido que comprometa e identifique a nuestro pueblo y sus intereses. 

 

Bregamos por la inmediata convocatoria desde los principales ámbitos institucionales de decisión del movimiento nacional y a partir de sus principales referentes, a un estado permanente de debate, apertura, recepción de propuestas y sobre todo la integración generosa de todo esquema orgánico de las comunidades, políticas o sociales, a poder protagonizar y ser parte, sin complejos ni timideces, de un futuro en unidad para una Patria Justa, Libre y Soberna.  

Instituto Independencia

23 de Julio, 2024