La Ministra de Educación porteña, que casualmente no es docente, no ha elegido la carrera docente ni siquiera como tercera o cuarta opción sentencia: “Son personas cada vez más grandes de edad que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción después haber fracaso en otras carreras. Y si uno mira por nivel socioeconómico, que no debiera ser determinante, pero en términos de capital cultural y experiencias enriquecedoras para aportar para el aula, la verdad que cada vez son más los de los sectores económicos más bajos.” Enmarca su pueril y falaz intento de estigmatización de manera federal, aduciendo que se basa en “encuestas realizadas por el Ministerio de Educación Nacional.

En un ejercicio sencillo de construcción de sentido, según la ministra porteña, los docentes frente al aula son personas que no están capacitadas para la función por una suerte de “determinismo social” y son plausibles de ser denunciados además porque estas personas son agentes reproductores de una doctrina nociva para el alumnado.
“La raíz de lo sobreideologizado y la militancia política en las aulas está en la formación docente (…) y por eso yo insisto en que la gran discusión debe ser sobre cómo enseñamos a enseñar, porque un docente que aprende bien sabe que lo que tiene que hacer es enseñar a pensar, no decirle a los chicos qué pensar (…) ¿Cómo hacemos en el corto y mediano plazo? La única herramienta que hoy tenemos es denuncias concretas de las familias para poder tomar intervención en el aula. Lo más grave es lo que pasa en el aula (respecto de la “bajada de línea política”) tiene que ver con la formación y con quienes eligen estudiar que eligen militar en lugar de hacer docencia” advierte con “profundo espíritu democrático” la ministra de educación porteña.
Nuevamente, en el contexto de la arenga a la denuncia, insiste con la estigmatización de los docentes señalando quienes “aprenden bien” y quienes no en su formación, y sentencia que quienes eligen mal son aquellos que han fracasado en otras carreras y son de nivel sociocultural y económico bajo.

La desideologización es la bandera histórica del mercado para acallar las demandas sociales, sean en el ámbito que sean. La producción se ve afectada si los trabajadores toman consciencia de derechos que no les han sido otorgados por mandato divino, educar en la consciencia de derechos, en la pertenencia histórica y cultural es un hecho grave que lacera el orden que debe tener una sociedad disciplinada y obediente.
No debería entonces, llamar la atención que una autoridad educativa de un gobierno local que tiene como sesgo indiscutido la marcha de la política como subsidiaria de los intereses del mercado haga este tipo de declaraciones. Desde la Mesa Educación del Instituto Independencia repudiamos las declaraciones de la ministra porteña.

Mesa de Educación del Instituto Independencia

Mesa Directiva del Instituto Independencia